Se compone por: dióxido de titanio, dióxido de silicio, óxido de aluminio y dióxido de zinc. Estos minerales se someten a distintos pasos de procesamiento para convertirlos en un polvo de tamaño nanométrico que se mezcla con poliéster y posteriormente se extruye para obtener el hilo de cerámica, tanto filamento como fibra.
Este hilo se utiliza para la producción de tejidos que gracias a la presencia de los minerales que contiene, son capaces de absorber y reflejar el calor del cuerpo humano, permitiendo una forma avanzada de fototratamiento, ya que no requiere una fuente de luz activa, sino que utiliza la luz generada por el calor corporal.
Una vez estimulados por el calor los minerales presentes en el hilo reflejan altos niveles de luz en la banda bioinfrarroja (F.I.R) que penetran en las capas cutáneas y subcutáneas e interactúan con las moléculas de agua y con los compuestos orgánicos presentes en los tejidos. Así pues, la fibra de cerámica es capaz de reflejar los rayos FIR, es decir, un tipo de ondas electromagnéticas de longitud reducida pertenecientes al espectro de la luz solar y similares a sus radiaciones invisibles (rayos gamma, rayos X y rayos ultravioleta).
La fibra refleja hasta un 31,26% de la radiación infrarroja emitida por el cuerpo humano, lo que contribuye a la disminución de la presión arterial y la termorregulación del cuerpo.
Aumenta los niveles de colágeno y elasticidad de la piel, siendo adecuada en el tratamiento de la piel envejecida, mejorando su textura, su suavidad y elasticidad.
¿Sabías que?
Nuestro tejido CERAMIC WELL fabricado con hilo de cerámica en una noche de sueño equivale a permanecer más de 10 minutos bajo una lámpara infrarroja de 150 W, utilizadas en clínicas de fisioterapia.