El tratamiento antiestático en tejidos de colchón se basa en la ciencia de la electricidad estática, que es un fenómeno bastante común en la vida cotidiana. Lo curioso es que la electricidad estática se genera cuando hay un desequilibrio en la cantidad de electrones en un objeto, lo que resulta en una acumulación de carga eléctrica en su superficie.
Cuando una persona se acuesta en un colchón, la fricción entre el cuerpo y el tejido del colchón puede generar electricidad estática. Esto es lo que a veces provoca sensaciones incómodas, como chispazos o una sensación de cosquilleo cuando se toca el colchón. El tratamiento antiestático busca neutralizar o disipar esta electricidad estática de manera controlada para evitar esas molestias.
Para lograr esto, se aplican agentes antiestáticos al tejido del colchón. Estos agentes ayudan a liberar cualquier acumulación de carga eléctrica de manera segura y gradual, lo que hace que el sueño sea mucho más cómodo y sin las molestias de la electricidad estática.
¿Sabías qué?
Durante la década de 1950, con el aumento de la producción de dispositivos electrónicos, se hizo evidente que la acumulación de electricidad estática representaba un problema significativo. La electricidad estática podía dañar los delicados componentes electrónicos y afectar el rendimiento de los equipos.
En este contexto se empezaron a utilizar recubrimientos especiales y materiales que tenían propiedades antiestáticas para prevenir la acumulación de carga estática.
El uso de alfombras, ropa y calzado antiestáticos también se convirtió en práctica común en las salas limpias y entornos de fabricación de dispositivos electrónicos.
